¿OEHLER O BOEHM?

No será una novedad para los lectores clarinetistas que toco con  sistema alemán.

El sistema alemán también es llamado sistema Oehler, por el nombre de Oskar Oehler, quien desarrolló este sistema del de Baermann-Ottensteiner (cuyo clarinete utilizaba Richard Mühlfeld, dedicatario de las obras para clarinete de Brahms) y no directamente del sistema Müller, como suele considerarse.

Richard-Muhlfeld-clarinet-215x300
Richard Mühlfeld (1856-1907)

Muchas veces me han preguntado porqué toco con sistema alemán.

Se trató de una decisión personal, motivada por la consecuencia de escuchar muchas grabaciones de clarinetistas que me encantaban… ¡y dio la casualidad de que todos tocaban con sistema alemán! Alfred Prinz (fue el primer clarinete que escuché, en un disco de vinilo de mis padres, tocando el Mozart con Karl  Böhm), Karl Leister, Ernst Ottensamer, Sabine Meyer, Peter Schmidl… Me encantaba sobre todo su musicalidad y la belleza del legato, por encima de cualquier otra cosa.

Yo empecé con un Buffett RC que muy acertadamente compraron mis padres. Luego pasé al sistema mixto y luego al sistema alemán, hasta el día de hoy.

Hice el cambio durante unas vacaciones de Navidad, si no recuerdo mal, de 1993.

Acabé el Superior con el sistema alemán en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona como alumna libre sin ningún contratiempo.

CONCERTPREMISPAUCASALS1995075
Mi primera aparición con el sistema alemán fue en el concierto de Premios de Grado Medio en el Auditorio «Pau Casals» de El Vendrell. Al piano Jorge Romero. Toqué Mozart (2º mov.) y Piezas de Fantasía de Schumann.

MOZARTEUMSALZBURG1995073
Concierto de alumnos escogidos de la clase de Alfred Prinz en la Sommerakademie del Mozarteum (Salzburg), cuando todavía tocaba con el sistema mixto. Al piano Maria Prinz. Toqué los Preludios de danza de Lutoslawsky.

 

Tras acabar el Superior, estudié durante casi dos años con Josep Fuster en Barcelona. En ningún momento el sistema supuso una traba para estudiar con él. Trató siempre con respeto mi decisión y me aconsejó en lo que me tenía que aconsejar de manera profesional y, hay que decirlo, muy acertada.

En 1998 hice la prueba de acceso a la Universidad de Viena, que pasé y donde estuve durante 7 semestres bajo la tutela de Horst Hajek y donde me examiné con éxito del primer diploma.

Como yo no había cambiado de sistema por motivos profesionales sino personales, no me planteé quedarme a trabajar en Austria o Alemania y decidí volver a España y probar con las oposiciones a profesor de Conservatorio.

Esto daría para otro post y no quier extenderme. Pero sí quiero mojarme y dar mi opinión al respecto.

Cuando yo me pasé al sistema alemán, era una rareza; pero hoy en día hay cada vez más gente atraída por descubrir este sistema: tanto el sistema Oehler o alemán como el sistema vienés (os sonarán marcas como Hammerschmidt, Gerold o Kronthaler) que es una variante con algunas diferencias en el taladro y en el mecanismo.

Mi opinión es que esto es bueno; que la curiosidad, la investigación, la diversidad y la personalidad de cada uno pueden y deben desarrollarse en el sentido que queramos darle cada uno de nosotros.

Ahora bien, también hay que ser realista y conocer cómo están las cosas: no por tocar en sistema alemán te aseguras una plaza en una orquesta o escuela alemana y no por tocar en sistema francés te cierras a ello. Hay ejemplos por doquier: Sharon Kam y Denitsa Laffchieva desarrollan su labor concertística y pedagógica en Alemania y Austria respectivamente, con sistema Boehm. En España somos numerosos los clarinetistas que hemos optado por el sistema alemán y también tenemos nuestro sitio.

Es cierto que en Orquestas de gran tradición, como por ejemplo Viena, Berlín, Dresden… por nombrar unas pocas ciudades con grandes orquestas, requieren el uso del sistema alemán. Pero no es menos cierto que un sonido alemán no convencerá (en general) a los jurados de detrás de las cortinas de una orquesta española. La diferencia es que en Alemania la criba se hace antes, y en España «durante».

Por experiencia propia sé que enseñar en España con sistema alemán no es un problema. Los alumnos aceptan muy bien la diversidad y es una puerta fácil para explicarles la historia del clarinete y su evolución: ¡les interesa la historia, creedme!

Los alumnos enseguida aprenden las diferencias entre un sistema y el otro, y en menos de dos clases ya no vuelven a preguntar «nunca más» porqué mi clarinete es distinto.

Por cierto, tocar con sistema alemán en España y dedicarse a la docencia, obliga a conocer a fondo el sistema Boehm, su mecanismo (para pequeñas reparaciones) y sus digitaciones (sobre todo el sobreagudo, que es donde más diferencias puede haber), así como boquillas y cañas. Pero esto no es difícil para los profesores que tenemos interés y vocación. Los que no tienen ni interés ni vocación, no importa qué sistema toquen.

Lo que a mi nunca se me ocurriría sería aconsejar a un alumno en España cambiarse al sistema alemán (estoy hablando de Enseñanzas Elementales y Profesionales, y también de Superior). ¿Por qué, si yo toco con este sistema? Pues porque es una decisión que en todo caso deben tomar ellos, no yo.

Hay que ser realista y saber que en España es más difícil encontrar material (cañas, boquillas…) y luthieres que dominen el sistema Oehler y sus particularidades (ojo, he dicho difícil, no imposible).

Hay que ser realista y saber que mandar los clarinetes a reparar a Alemania (o Austria) es más caro y trabajoso de organizar.

«¿Entonces, qué es mejor, el sistema francés o el alemán?» – me ha preguntado en numerosas ocasiones.

Lo que tú decidas y sólo eso, es lo mejor.

Debes saber los pros y los contras y decidir según tu criterio y tu contexto particular.

 

Dejemos de pensar en las opciones como buenas o malas.

Dejemos de juzgar y considerar mejor o peor lo que es diverso.

A cambio, hagámonos opiniones propias y sigamos nuestros gustos y preferencias, y elijamos, tanto en el clarinete como en la vida, eso que se identifique más con nosotros y no con las opiniones ajenas o las modas pasajeras.

Por mucho que yo toque con sistema alemán por decisión personal y que disfrute enormemente de escuchar a músicos que también lo tocan como Sabine Meyer, Andreas o Daniel Ottensamer, Matthias Schorn o Laura Ruiz, me emociona lo indecible escuchar versiones de Paul Meyer de música francesa, una buena Fantasy-Sonata de John Ireland con un buen vibrato de Emma Johnson, o cualquier cosa que toque Ricardo Morales y termine con su contagiosa sonrisa.

¡Gracias por leer!

Cecilia

6 respuestas a «¿OEHLER O BOEHM?»

  1. Hola, en primer lugar darte la enhorabuena por la difusión del clarinete.
    Ando con dudas acerca de cómo funciona el taladro interno del cte alemán. He buscado info en internet y en unos sitios pone que es más estrecho y en otros k más ancho que el francés. Incluso he leído en uno de ellos que es “cilindrico hasta casi por encima de la campana” . Esto me choca mucho con el aspecto desde fuera del cte alemán. a simple vista parece más cónico desde el cuerpo inferior.
    Yo diría por como se ve desde fuera que el taladro interno es más estrecho por arriba que el francés, pero que luego se vuelve más cónico , es así?

    Me gusta

    1. Gracias por tu comentario, José Antonio! Ahora mismo no sé las medidas exactas, pero es cierto que en realidad no son muy distintas. Dentro del clarinete alemán también existen los tubos más anchos (los vieneses, por ejemplo) y más estrechos (que si no me equivoco, se van ensanchando). Sí es cierto que el cono «final» del sistema alemán es menos pronunciado. Quizá exteriormente no se note por la cantidad mayor de llaves que tiene y cómo están construidas. Al haber más «hierro» da la sensación externa de más volumen abajo.
      Cuando pueda te mediré los diámetros a nivel de barrilete, juntura media y campana de mis Buffet RC y mis Wurlitzer con un pie de rey para darte una idea más exacta.

      Me gusta

Deja un comentario