CONVERSACIONES CON… JORDI JUAN PÉREZ

Reemprendemos nuestras «Conversaciones con…».

Esta vez con Jordi Juan, una de las personas más energéticas que conozco.

Nos encontramos por primera vez en unas pruebas y ya hacia el final me habló de un curso que organizaba… ¡nada más y nada menos que con Johannes Peitz, a quien yo quería seguir la pista y no sabía cómo! Me preguntó si tenía algún alumno al que mandar, y le respondí que no, que iría yo misma.

Empezamos.

Nombre completo: Jordi Juan Pérez

Lugar de nacimiento: Valencia

Fecha de nacimiento: 24 Diciembre

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¿Puedes hablarnos de tus inicios en la música y en especial con el clarinete? ¿Qué persona/s fue/ron decisivas para ti en esta primera etapa?

Mi padre fue la persona que me introdujo al clarinete; él, como clarinetista y profesor, me enseñó desde el principio, aunque desde temprana edad me envió con otros profesores para formarme, incluso cuando yo quería tocar el saxofón. Pero mi padre me convenció para elegir finalmente el clarinete.

¿Cómo, cuándo, de qué manera te diste cuenta de que serías músico? ¿Fue algo premeditado o más bien te dejaste llevar?

– No recuerdo ningún día concreto, siempre me he dejado llevar por las circunstancias y por ahora estoy en un punto muy interesante de mi vida, así que estoy disfrutando y aprendiendo de lo que vendrá.

¿Quién ha marcado (para bien) tu etapa formativa?

– Soy lo que soy por cada persona con la que he dado clase, pero tengo 5 profesores a los que guardo especial aprecio: primero mi profesor de Grado Medio – Jose Vicente Mañes (Conservatorio Profesional de Música de Valencia – Velluters), quien luchó año tras año para que estudiara y mejorara mi nivel técnico. Luego Fernando Romaguera (Conservatorio Superior de Música de Valencia), quien me abrió un mundo totalmente distinto al que conocía hasta ese momento. Durante esos años de formación a través de la Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana (JOGV) conocí a Javier Ros (Palau de les Arts), quien se convirtió en mi referente (quería tocar como él): llegaba a clase con mil preguntas y cuando salía me venían mil más… tuve que comprarme varios diarios porque nunca tenía suficiente información… Durante los 4 años formándome con Fernando y Javier avancé muchísimo personal, técnica y musicalmente, y descubrí las diferencias de sonido orquestal en distintos países, ya que tuve la suerte de tocar con orquestas internacionales en EEUU, Alemania, España y viajar por casi toda Europa con algunas de ellas. Esto me abrió la mente y me enseñó cuál era el nivel internacional.

Has estudiado fuera de España. ¿Qué destacarías de esta experiencia, tanto para tu formación musical/clarinetística como para tu formación personal?

– Fui a estudiar a Hannover con Johannes Peitz, que es donde habían estudiado clarinetistas de la talla de Martin Fröst, Sabine Meyer, Kilian Herold, etc. Esto fue otro nivel: la gente tocaba muy bien, conseguían plazas y ganaban concursos internacionales. Es donde me puse las pilas y me dediqué a trabajar y a mejorar mi método de estudio y a crear rutinas. Estudié el Máster con Johannes Peitz durante 3 años, aunque el Máster solamente duraba dos; entre el primero y el segundo estuve trabajando en el Teatro de Braunschweig, por lo que tuve que aplazar mis estudios un tiempo.

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Hochschule für Musik, Theater und Medien Hannover

Después del Master hice las pruebas para la Soloklasse, que es como otro máster, pero centralizado para la gente que se quiere dedicar a ser solista. Yo no buscaba esa opción, sino que hice las pruebas porque, aunque oficialmente Johannes era el profesor de los alumnos de la Soloklasse, se comentaba que Sharon Kam (quién vive en Hannover y es amiga de Johannes) había dado alguna clase a los alumnos más avanzados. Sin pensármelo dos veces hice las pruebas, una de las pruebas más duras que he hecho, ya que están los más de 30 profesores de todos los instrumentos en el jurado, que aunque parezca un concierto con público, cada uno de los miembros del público puntuaban los piezas preparadas y debías tener por lo menos el beneplácito de más del 80% de los profesores para que te aprobaran. Ahora no sería tan duro, pero en aquella época me pareció un prueba muy, muy dura. ¡Y finalmente conseguí esta maravillosa oportunidad!

En esta época me centré en aprender de una de mis figuras más admiradas: Sharon Kam había sido y sigue siendo un referente para mí, y desde que la conocí en persona lo fue todavía más.

Una persona tan famosa y reconocida en el mundo del clarinete me daba clases cada semana y me contaba historias, anécdotas y sobretodo me enseñaba muchísimo. Yo siempre he sido una persona que a cada clase (fuera con quien fuera) tenía preguntas preparadas sobre técnica, fraseo o cualquier cosa, y aún así, Sharon siempre me decía: «Tienes que prepararte más preguntas, quiero que me pidas más». Yo no era capaz de traer ninguna pregunta que Sharon no me la resolviera en unos minutos. ¡Era algo especial!

Recuerdo un día que fui a clase mientras estaba preparando el concurso Prague Spring, con el concierto de A. Copland (que para mi ella tenía la versión de referencia de ese concierto, un CD super recomendable llamado “American Classics” con la LSO) y llegué moviendo el cuello de lado a lado más de lo normal (un poco copiándola a ella) y me dijo que “esos movimientos los puedes hacer cuando controles la técnica como yo”. En ese momento me sonó muy directo, pero con los años entendí que ella quería que primero se aprendieran a hacer las cosas muy bien y después ya haríamos lo que quisiéramos…

¿Cómo fue tu «profesionalización»? ¿Tenías pensado qué camino seguir (conciertos, orquesta, enseñanza…) o fuiste optando a lo que se iba presentando?

Después de mi etapa en Hannover conseguí una plaza para estar un año en Londres con la Southbank Sinfonia, que era una Orquesta-Training donde éramos dos clarinetes y nos turnábamos para tocar de primero y de segundo, y donde pudimos tocar mucho repertorio: Beethoven, Kodaly, Mendelssohn, Rimsky-Korsakov… todos esos solos que siempre estudiábamos y nunca se tocaban en orquesta… incluso me ofrecieron tocar en 3 conciertos la “Introducción, tema y variaciones de Rossini”, así que fue toda una experiencia.

Una vez terminado esto empecé a tocar con orquestas, grabaciones con RPO, NT, RNS, RSNO, etc…y trials… y durante este tempo me ofrecieron dos posiciones, una que rechazé y otra que después de un tiempo dejé…

Estos años en el Reino Unido me hicieron reflexionar mucho sobre qué era lo que quería hacer con mi vida y qué era lo que más me gustaba. Me encanta tocar en orquestas y ensembles, pero me gusta tener el control sobre lo que hago, así que desde hace unos meses tengo un equilibrio muy sano y me hace muy feliz tener mis “bolos” con orquestas, mi proyecto de “Clarinetistas del Futuro” y dar clase a algunos alumnos.

Pienso que al final todos debemos encontrar nuestro equilibrio entre lo que se nos da bien y lo que nos gusta hacer, de este modo podremos ser felices y trabajar a desgana lo mínimo posible.

Vives y trabajas fuera de España como clarinetista freelance pues, ¿qué ventajas e inconvenientes ves en tu trabajo? ¿Qué dirías a aquéllos que tienen miedo a no tener un “trabajo fijo”?

– ¡Jajaja! Bueno, eso de “trabajo fijo” es muy a la antigua usanza… Hoy en día la estabilidad no la da el trabajo, la da lo bien organizado que estés… Mira lo que esta pasando con todos esos “trabajos fijos” por culpa del Covid-19: entre los ERTES y las empresas que en el futuro quebrarán y despedirán… Este mal llamado “trabajo fijo” es una barrera mental que se pone la gente en su cabeza para creer que ya no tienen que trabajar duro, pero si vemos a la gente que trabaja duro incluso teniendo esos “trabajos fijos” luego son los más motivados y felices. En cambio, hay gente que cuando llevan tres, cuatro o veinte años trabajando haciendo lo mismo, no son felices. No creo que el trabajo fijo o no dé la felicidad o la estabilidad: todo esto lo da la preparación mental de cada persona, la integridad y sobretodo las ganas de aprender y trabajar de cada uno. Por supuesto que esto es mi humilde opinión.

Desde hace unos años, estás formando y orientando a clarinetistas desde Valencia. Háblanos de este proyecto, de sus objetivos y de qué has logrado hasta ahora.

– Siempre he sido una persona a la que le gusta, y según algunos dicen, se me da bien, organizar; desde quintetos de viento cuando estudiaba en Valencia, un cuarteto de clarinetes en Alemania, y desde el año 2016, mientras me tomaba una cerveza (alemana, por supuesto, jajaja) con el que fue mi profesor, Johannes Peitz, decidí embarcarme en el proyecto “CLARINETISTAS DEL FUTURO”.

Todo comenzó como una excusa para ir más a «la terreta» (Valencia); las Masterclasses con Johannes eran una manera de seguir teniendo contacto con una persona que me ayudó mucho en mis años de formación y teníamos suficiente confianza como para que, entre los dos, empezar a dar algo de vuelta a la ciudad en la que me había criado. Siempre he pensado que los que salimos de España tenemos la capacidad de ver otras cosas y que es de buena gente intentar que los que no han podido ver esos puntos de vista los tengan… así que junto con Johannes empezamos a ayudar a los alumnos que tenían ganas de salir, darles opciones, darles contactos y sobretodo que tengan a alguien como guía para saber dónde pueden y dónde quieren ir a aprender música y a vivir experiencias.

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Jordi traduciendo la clase de una alumna en la Masterclass con Johannes Peitz

Recuerdo que en la primera Masterclass que hicimos teníamos 6 alumnos, y con el tiempo hemos tenido que añadir más días, porque en la última edición tuvimos más de 30 asistentes…

Ahora somos un equipo que trabaja en este proyecto, en el cual ofrecemos no solamente Masterclasses, también organizamos “Claritalks”, que son unos encuentros con clarinetistas de renombre nacional e internacional y con los que conversamos de sus experiencias y les preguntamos cosas que nos inquietan sobre ellos. Además creemos que los músicos debemos estar bien formados en todos los aspectos, así que también traemos a un Coach especializado en músicos que nos explica qué pasa en nuestra mente en situaciones de estrés y nos ayuda a afrontar miedos y malos pensamientos.

Por ahora estamos en las ediciones online, porque visto que todavía no nos podemos reunir en grandes grupos. Algunos de estos encuentros los estamos haciendo de manera online, ¡pero en cuanto podamos, volveremos a ayudar a todos en la medida de lo posible!

Ya contamos con ex-alumnos estudiando en Francia, Alemania, Suecia y cada año la lista va creciendo, así que estamos super orgullosos de hacer esta familia cada vez más grande!

Nos podéis seguir en Facebook e Instagram.

¿Cómo se ve España desde donde tú estás? ¿Cómo la ves tú, musicalmente o clarinetísticamente hablando?

– ¡El nivel de los clarinetistas es muy alto! De hecho más alto y con más motivación que en otros países. El problema son las oportunidades, ya que por desgracia en España existe más oferta que demanda, por lo que la mayoría tenemos que buscar opciones fuera de este territorio.

Por culpa del COVID-19 estamos en un momento bastante delicado para la Cultura en general y nos esperan unos meses/años inciertos en muchos aspectos, pero como ha pasado durante los siglos pasados, la calidad siempre sobrevive, y la música clásica tiene mucha, ¡así que tarde o temprano volverá a brillar! Desde aquí quiero dar muchos ánimos a los compañeros que lo están pasando mal, y decirles que esto pasará más pronto de lo que nos esperamos. ¡Mucha fuerza y a seguir adelante!

¿Algo de tu futuro que quieras compartir con nosotros?

– Ahora mismo estoy preparando muchas cosas para el futuro, pero todavía no se pueden anunciar, ya que el COVID-19 nos mantiene en pausa. Así que si quieres saber más cosas, siempre puedes visitar mi web.

¡Muchas gracias por esta entrevista, Cecilia!

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Muchísimas gracias a ti, Jordi, por tu tiempo, y por dejarnos conocer tus proyectos, que tan necesarios son para el desarrollo del futuro de la música y para las generaciones futuras.

Espero que hayáis disfrutado tanto leyendo esta entrevista como yo preparándola para vosotros.

Un saludo afectuoso y ¡gracias por leer!

Cecilia

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