CON NOMBRE PROPIO: JOSÉ ANDRÉS FERNÁNDEZ CAMACHO

La sección «Con nombre propio» aparece de nuevo y con algunos proyectos más en preparación.

Tengo el gusto de poder compartir con vosotros esta charla con José Andrés Fernández, que, por aquellas cosas de la vida, no he conocido en el mundo clarinetístico, sino en el de la dirección de orquesta. Coincidimos en «el segundo año de la pandemia» en Madrid (y mi segundo año como estudiante en la Academia de Dirección op. 23) y, por mi parte, enseguida admiré su musicalidad y su talento, pero aprecié mucho más, si cabe, su cercanía y generosidad. Esto es una muestra de ello.

Decidí que era perfecto para incluir en esta sección y accedió amablemente. Mi intención es que más personas puedan llegar a conocer su trabajo y disfrutar de su buen hacer, tanto con el clarinete como con la batuta!

¡Vamos allá!

  • ¿Quién es José Andrés Fernández Camacho?

José Andrés es una persona cuya principal característica siempre ha sido la curiosidad, que vive la vida y la música con energía, positivismo y, sobre todo, que nunca se cansa de aprender. Desde que tomé la decisión de que quería ser músico, sabía que iba a cambiar mi vida por completo, y aquí estoy, disfrutando de todo lo que hago cada día como si fuera el último.

  • ¿Puedes hablarnos de tus inicios en la música y en especial con el clarinete?

Mis inicios en la música no fueron para nada del otro mundo. Yo no provengo de una familia de músicos, salvo mi tío que es cantante en el coro de una iglesia. Yo tocaba bien la flauta dulce como todo estudiante de colegio.

Como era un chico muy activo, mis padres decidieron buscarme algo con lo que entretenerme. En uno de los muchos paseos que daba con ellos, vieron que había un conservatorio. Me preguntaron ¿José, te gustaría tocar un instrumento y así haces algo diferente? Y yo contesté encogido de hombros: Bueno… vale.

Le comentaron a mi madre que para entrar al conservatorio elemental tenía que hacer una prueba de acceso. Hice la prueba y quedé el primero de la lista. Más tarde me dijeron que por cuestiones de edad (tenía casi 10 años), decían que era “demasiado mayor” para elegir el piano, que era el instrumento que conocía de oídas y que más me llamaba la atención.

Ante esta situación, mi madre me comento que me esperara en la entrada del conservatorio. Al rato, mi madre salió del conservatorio diciéndome que ya me había elegido mi instrumento, el clarinete. ¿La razón? Los profesores de allí le dijeron que era como una flauta dulce, pero con más llaves. Como a mí se me daba muy bien la flauta dulce, pensaba que estaba chupado. Que inocente era. 

Recuerdo varias cosas con mi primer clarinete, el cual aún conservo, por cierto. En primer lugar, decir a mis padres “¡El clarinete está roto, hay que cambiarlo! La segunda fue que a los pocos días de que mis padres compraran mi primer clarinete, empecé a poner las partes del clarinete de cualquier manera y la caña doblada en la boquilla. Empecé a dar pitidos, pensando que estaba tocando bien. El pequeño problema fue que era las 7 de la mañana, mis padres tenían que trabajar y fui yo quien les desperté. Creo que fue la vez que más cerca estuve de que finalizara mi carrera musical.


  • ¿Quién ha marcado (para bien) tu etapa formativa?

Me gustaría contestar diciendo quienes han marcado mi etapa formativa y todo ha sido para bien, pues he sido muy afortunado en tener a los mejores profesores y que, además, son unas bellísimas personas. A día de hoy sigo en contacto con ellos y hasta le doy clase al hijo de uno de ellos.

En grado elemental en el Conservatorio Elemental de Música “Maestro Artola de Málaga” pasé mis cuatro cursos con varios profesores, entre los que destaco a Bernardo y José Miguel, quienes observaron mi potencial me ayudaron en todo lo posible para que siguiera al grado profesional. Profesores con una vocación tremenda hacia la enseñanza.

En el grado profesional tuve dos etapas con dos profesores y en dos conservatorios. Por un lado, el Conservatorio Profesional de Música “Manuel Carra” y por otro lado el Conservatorio Profesional de Música “Gonzalo Martín Tenllado”, ambos en Málaga. En estos dos conservatorios estudié con Vicente Casado y con Jesús Puyana, excelentes profesores y que siempre me ofrecieron lo mejor. Con Jesús hice mi traslado en 6º de grado de profesional en Conservatorio Martín Tenllado, siendo uno de los primeros alumnos de clarinete que terminaban el grado profesional en ese conservatorio. En esta etapa, recuerdo decir a mi primer profesor, “Vicente, quiero dedicarme a la música. Quiero ser músico.”  Tanto fue así que quería quitarme del instituto porque mi vida iba a estar exclusivamente en la música. Mis profesores siempre me animaban a que hiciera cursos de clarinete y que aprendiera muchísimo. A ellos les debo muchísimo.

En grado superior estudié con mi querido profesor Javier Trigos en el Conservatorio Superior de Música “Manuel Castillo” de Sevilla. Fueron cuatro años muy intensos, pero yo tenía las cosas muy claras, mucho estudio por delante y definitivamente quería ser un profesional de la música. Javier me ayudó a llevar este camino a base de mucho esfuerzo y trabajo. Fue un gran profesor para mi y me enseñó la realidad de la música y de la profesión. Sinceramente, Javier es la persona que más facilidad he visto tocar el clarinete en mi vida. Recuerdo estudiar muchísimo y gracias a todo este esfuerzo estuve en muchos proyectos, destacando la Orquesta Joven de Andalucía (OJA) y Academia de la OCG.

Durante esta etapa también fui alumno de la Academia de Estudios Orquestales Barenboim-Said con Mathias Glander (solista de la Staatskapelle Berlin) e Ildefonso Moreno (clarinetista de la Orquesta Sinfónica de Madrid). También estuve dando muchos cursos con uno de mis grandes maestros, Yehuda Gilad, quien me hizo ver el clarinete y la música desde otra perspectiva.

Esta combinación de profesores fue crucial para mi carrera como intérprete. A ellos les debo muchísimo también.

Después de mi etapa en Sevilla, estudié dos Masters, una de interpretación y otra de interpretación especializada solista en la Hochschule für Musik de Basilea (Suiza) con mi maestro François Benda, uno de los mejores clarinetistas y pedagogos a nivel mundial. François es una persona con un corazón enorme, que sabe muchísimo y siempre hará todo lo que esté en su mano para ayudarte y para que tengas una carrera estable. Gracias a él obtuve mi primera plaza en una orquesta como solista con 26 años. Fue una etapa maravillosa y que siempre recordaré como muchísimo cariño.

  • Has estudiado fuera de España: ¿qué destacarías de esta experiencia, tanto para tu formación musical como para tu desarrollo personal?

Primero quiero destacar la enorme cantidad de españoles que estudiamos fuera. Durante mis años de estudio, la cafetería estaba repleta de españoles ¡es increíble! Por otro lado, una de mis grandes experiencias fue la gran cantidad de proyectos de música de cámara, orquesta, concursos y becas que había en mi conservatorio. Recuerdo que me metí en todas las convocatorias siempre con la finalidad de aprender y de vivir la experiencia. También pedía cartas de recomendación a François para optar a las becas y a puestos de trabajo.

También a nivel personal he de decir que tuve unos compañeros de un nivel altísimo y tengo la fortuna de presumir que ahora están en las principales orquestas de Suiza. Otros son grandes profesores con una dilatada carrera musical. Fue muy importante para mí ver que cada uno era diferente y único a la vez. Siempre íbamos juntos a las pruebas y luego nos quedábamos o nos llamábamos para saber si alguno de nuestros compañeros que había llegado a la final obtenía la plaza en la orquesta. Gracias a estas experiencias, aprendí que la música está para compartir, no para destruir.

  • En tu experiencia, ¿cuál fue la principal dificultad al pasar tu etapa de estudiante a establecerte profesionalmente?

Ante todo, debo decir que nunca me canso de aprender y de experimentar nuevas sensaciones en el clarinete y en la música. Me considero un estudiante avanzado y no sé si algún día subiré de categoría.

Mi etapa de estudiante a profesional fue bastante gradual, ya que cuando terminé mis estudios de Máster lo enlacé con un puesto en la Sinfonieorchester Basel en Suiza y aprendí muchísimo allí.

Personalmente considero que hay varias dificultades desde la etapa como estudiante a establecerte personalmente, pero si tuviera que quedarme con una y que opino que es fundamental, es el estado mental de uno mismo, es decir, pensar y actuar como un profesional de tu instrumento y que, en muchas ocasiones, requieren de tus servicios. No existen varias oportunidades como ocurren en los conservatorios o en las audiciones cuando eras estudiante. En este estado mental incluye tu organización, rutinas, objetivos a lograr a corto o largo plazo, preguntarte si eres o quieres ser un músico versátil, y un largo etcétera.

  • ¿Nos cuentas tus proyectos más inmediatos?

Además de mi labor como clarinetista, profesor de clarinete y colaborando con diferentes orquestas en el ámbito nacional e internacional, también soy director de orquesta. Me alegra mucho comentarte y a cualquier interesado en esta entrevista los futuros proyectos que tengo por delante.

Dirigiendo el Quivir Ensemble

Por un lado, está el Dúo Camacho – Kozlovska. Junto a la pianista Margarita Kozlovska, estamos realizando una pequeña gira de conciertos de clarinete y piano por los diferentes conservatorios de Málaga. En el mes de marzo presentamos “La música de la Davidsbündler” y en el mes de junio tocamos un programa totalmente diferente llamado “Un paseo por la gran manzana”. Como novedad, el día anterior al concierto ofrecemos un pequeño coloquio en mis redes sociales hablando sobre las obras que tocaremos y nuestras impresiones mediante directos de Instagram. 


Por otro lado, estaré dando clases magistrales de clarinetes en diferentes conservatorios durante estos meses. Estaré encantado de escuchar a las nuevas generaciones de clarinetistas y de ayudarles en todo lo que pueda desde mi experiencia como músico en activo.

Finalmente, creamos en 2020 uno de los proyectos de mayor envergadura de mi carrera, Quivir Ensemble, cuyo origen tuvo lugar en 2014 junto a la flautista Diana Muela y la pianista Ioana Mandrescu. Con este ensemble, queremos llevar el formato de gran orquesta a la orquesta de cámara. Realizamos nuestro concierto de presentación en el verano de 2020 y el pasado mes de octubre tuvimos nuestro primer concierto oficial con lleno absoluto y una gran ovación por parte del público. Durante el mes de mayo estaremos dando un concierto en colaboración con ACIM, estrenando obras de compositores malagueños y madrileños. Nuestra finalidad es ser un ensemble versátil, siempre al servicio de la música. 

Muchas gracias por la entrevista, querida Cecilia.

¡Larga vida al clarinete y a la música!

¡Gracias a ti, José Andrés, por colaborar con el blog, ha sido un placer!

Y gracias a los lectores, como siempre, por leer.

Cecilia

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