OS COMPARTO ALGUNOS EJERCICIOS

Hace tiempo que no comparto algo para descargar.

Editar es algo que no suelo hacer y, cuando lo hago, voy muy despacio.

El primer ejercicio es un nuevo planteamiento del primer capítulo de «¡Vocaliza!». En realidad son sólo notas largas, pero espero que con lo que anoto, podáis verlas de otra manera.

Para mi emitir el sonido es fundamental. Es el momento en el que cuerpo e instrumento se encuentran, se coordinan y se sincronizan. Encontrar esa conexión es muy importante para mi.

Las notas largas sirven para estimular la respiración de una manera suave, para conectarnos despacio con el instrumento, para ponernos en modo escucha, para calentar poco a poco los músculos de la embocadura… es un ejercicio para nosotros, para regularnos ante el clarinete y aprovechar, gracias a su sencillez, para pasar revista a aspectos tan importantes como la postura, la sujeción del clarinete, nuestra disposición de ánimo, la respiración… Son una especie de ejercicio de atención plena.

Cuando estamos en un contexto musical, la emisión del sonido depende de muchos factores: tempo, articulación, carácter, dinámica, tesitura… Por eso es interesante extraer ese momento y practicarlo cada día desde la perspectiva de nuestra naturalidad, para luego poder darle forma y servir a la música que vayamos a tocar.

El ejercicio «Florecillas» puede muy bien sustituir al anterior y le añade un poco más de «chicha»: el legato. En el legato ya tenemos una dirección clara del sonido, un recorrido concreto del aire.

El ejemplo que os comparto es en Do Mayor, pero podéis adaptarlo a la tonalidad que queráis estudiar ese día, o a la tonalidad de la obra que vayáis a estudiar, para sintonizaros con las alteraciones y las digitaciones.

Y sobre todo: ¡hacedlo de memoria! Esta hoja es sólo para entender qué queremos, pero luego el trabajo es para el oído, no para la vista.

Como veis, soy un poco fanática de empezar con las notas agudas del registro chalumeau, porque creo que son las más fáciles de emitir, en dirección descendente, porque de esta manera el instrumento va admitiendo más aire y la embocadura se va adaptando un poco por sí misma, por decirlo así.

Los ejercicios de afinación en grupo los podéis adaptar al número de alumnos que tengáis en el grupo. También se pueden hacer cromáticamente. ¡Y de memoria! Cada alumno tiene que saber qué función está haciendo: fundamental, duodécima, octava de la fundamental, tercera… Con el ejercicio que os comparto afinamos acordes perfectos mayores, pero cambiando el clarinete 1 (que no es el más agudo), podéis afinar los acordes perfectos menores.

Por último, unas progresiones muy sencillas de I V V I, a las que podéis añadir articulaciones o dinámicas, si así lo deseáis.

De vez en cuando os iré compartiendo más material propio y quizá más adelante haga un «Vocaliza 2».

¡Gracias por leer!

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