Empieza el nuevo año 2018 lleno de deseos por cumplir.
Y lo mejor es que con el tiempo aprendemos que los deseos se cumplen, sin duda, si hay grandes dosis de ganas, dedicación, amor y trabajo.
El mejor punto del que partir es la gratitud de todo lo que el año «viejo» nos ha regalado, y he aquí mi manera de agradeceros a todos los que habéis estado ahí: compartiendo los buenos momentos.
Empecemos por el blog.
En 2017 se cumplió la propuesta de publicar una entrevista mensual. De ese propósito salieron las entrevistas a Carelys Carreras, Christian Álvarez, Beatriz López, Antonio Lapaz, Santiago Comesaña, Montse Margalef, Jaume Sanchis, Josep Sancho, Lara Díaz, Nerea Meyer y Queralt Roca. De ellos hemos aprendido, nos han hecho reflexionar, nos han emocionado… veremos qué otras entrevistas nos depara 2018.
La sorpresa fue en 2017 que ¡de entrevistadora pasé a entrevistada! Se lo tengo que agradecer a mi colega bloggero José Antonio Solé, que tuvo la amabilidad de invitarme a su blog. Os invito a que lo visitéis (lo tenéis linkeado sobre su nombre), porque es uno de los blogs dedicados al clarinete más completos que conozco.
Otros posts que han salido a la luz este pasado 2017 y han tenido muy buena acogida han sido:
- Beneficios de aprender tocar un instrumento de viento en la infancia
- Redes sociales
- ¿Para qué respiramos?
- Celebrando el 6º aniversario del blog
- Diarios de estudio
- Mis métodos de clarinete favoritos para principiantes 2
- Los cambios de registro en el clarinete
El trabajo que se hace en el blog no reporta, a priori, ningún beneficio material.
En mi caso, los beneficios que me otorga trabajar aquí son incontables: desde cubrir parte de mi necesidad de expresión hasta divulgar la pedagogía de mi instrumento, que me apasiona, también conocer a otros profesionales que me inspiran, intercambiar información, mantener viva la llama de la formación permanente… en fin, seguir sintiendo la repercusión interna y externa de mi trabajo, y eso me hace sentir bien.
Sobre mi curso de respiración para músicos, tuve la oportunidad de pronunciar una conferencia en el marco de la X Trobada de Clarinets en Tarragona, en el conservatorio donde cursé el Grado Medio, invitada por Josvi Arnau, actual profesor de clarinete allí.
También por estas fechas colaboré con la Escuela de Música Musicaeduca de Alcalá de Henares, donde era profesora de clarinete el curso pasado, presentando mi cuento para bebés «El pájaro de madera», que pretende mostrar el clarinete a los más pequeños mediante una sencilla historia visual y musical. Todo esto no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de Eva Alonso, su directora.
De Musicaeduca y mi breve estancia allí como profesora de clarinete, guardo muy buenos recuerdos: las audiciones de mis alumnos, los conciertos de profesores y todas las actividades para dar a conocer el clarinete a los más pequeños.
Otros conciertos que he tenido ocasión de presentar en 2017 han sido en torno al proyecto «Poesía», donde los pianistas Gabriel Jiménez y Jorge Blasco me han acompañado en Madrid (CIEP «Federico Moreno Torroba»), Alcalá de Henares (Aula de Música), Palencia (Auditorio Díaz Caneja) y Abarca de Campos (Fundación Francis Chapelet).
Otro proyecto musical que ha ido evolucionando en 2017 ha sido el Ensemble de clarinetes «Caroline Schleicher», con el que hemos empezado el trabajo como cuarteto. Tuvimos la oportunidad de trabajar con Mónica Campillo (profesora del Conservatorio Profesional de Música «Teresa Berganza») como colaboradora y con Antonio Lapaz (solista de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid) como profesor.
El viaje relámpago a Bremen en septiembre con el Trio Schönbrunn fue un verdadero placer y un empujón a este proyecto.
Pero sin duda uno de los puntos culminantes para mi en 2017 ha sido el viaje a Nuremberg para recoger mi corno di bassetto (regalazo de mis padres por mi 40 aniversario).
Por un cúmulo de circunstancias que no cabe detallar aquí, se ha cumplido uno de mis sueños de infancia: tocar el corno di bassetto.
A este viaje me acompañó mi exalumna y ahora amiga Elena Simón, y de verdad lo disfrutamos muchísimo: además de visitar Nuremberg y viajar a la fábrica de clarinetes Wurlitzer a recoger el instrumento, nos acercamos en coche a Frankfurt a hacer una pequeña visita a Laura Ruiz y a Bayreuth a pasear por sus wagnerianas calles.
El verano vino cargado con una mala noticia clarinetística: el fallecimiento de Ernst Ottensamer. En su recuerdo publiqué también un post, ya que en mi etapa en Viena (y ya antes) fue una persona cercana a mi formación musical.
También en verano y con un cambio de rumbo en mi vida, decidí abrir mi estudio para poder recibir alumnos. Así apareció, en un anexo a mi propia casa, el «Aula de música de Cecilia Serra«.
Y sin esperármelo, he vuelto a trabajar como profesora de clarinete en el Conservatorio Profesional de Alcalá de Henares…
Ya en el terreno más personal, para mi ha sido un hito ver tocar el violín a mis dos hijos. Ellos estudian música pero sin la carga lectiva del conservatorio. Soy feliz de que la música forme parte de su vida, de la manera que ellos elijan.
Para Semana Santa tuve la feliz oportunidad de poder regresar a mi afición por el canto y formar parte de un proyecto muy bonito, de la mano de Rodrigo Guerrero y su ensemble, la cantata de Buxtehude «Membra Jesu Nostri». Además de cantar y disfrutar, conocí a gente fantástica, amantes de la música y del canto coral.
Además, en verano disfruté del Seminario de «Música del Romanticismo para voces femeninas», dirigido por Rodrigo Guerrero y Pablo Guerrero. Un lujo y una muestra del buen trabajo de la Escuela Coral de Madrid, que acerca la música vocal a un nivel altísimo a toda la sociedad.
Pero sin duda, una de las cosas que me ha dejado el 2017 es disfrutar de la música y de la amistad.
Hay bastantes nuevos propósitos para 2018.
Para el blog: entrevistas bilingües, traducciones…
Para los conciertos: Clariphonia, Dúo Serra-Bargalló, Ensemble «Caroline Schleicher»…
Para la enseñanza: cursos de respiración, clases de clarinete internas y externas…
Pero lo más importante para mi será, sin duda, disfrutar.
Trabajar de una manera enfocada y consciente, y que el fruto sea personal y genuino.
Que los propósitos no se conviertan en obligaciones ciegas.
Que lo importante sea lo importante.
¡Gracias por leer y feliz año!
Cecília
CECÍLIA SERRA BARGALLÓ 